Por Juan Francisco Ledesma.
Constantemente y de forma progresiva se desarrollan
manifestaciones de tipo deportivo, religioso, político o recreativo,
que congrega a miles de personas. Esto conduce inevitablemente a una
concentración de riesgos, de diferente etiología, motivando
preocupación a los concurrentes y a las autoridades sanitarias.
Definimos como dispositivo sanitario para riesgo
previsible, la estructura sanitaria eventual que se activa para
atender a una concentración de personas que se reúne en un área
prefijada durante un tiempo concreto y por una motivación conocida.
Esta debe ser acorde al número de personas, el motivo de tal
concentración, a su ubicación geográfica, al nivel sanitario que
se pretende cubrir y a la disponibilidad presupuestaria.
Sus componentes esenciales deberán ser: Un equipo
humano y técnico capaz de desarrollar maniobras de reanimación
avanzada, capacidad de transporte asistido, soporte logístico, una
malla de transmisiones y un plan de emergencias.
Se considerarán tres fases, a saber:
Fase de diseño
En la cual se definirá el evento,
según su motivación social y su ámbito de desarrollo, según sus
antecedentes y sus objetivos, atentos a la estrategia sanitaria
global. Se realizará el análisis de la concentración, según el
lugar, la fecha y la duración del mismo, el motivo, la cantidad y
calidad del público, la situación de los accesos y la
infraestructura sanitaria local. Las costumbres y riesgos añadidos
al lugar serán estudiados, así como el estudio de los riesgos
individuales y colectivos. Se elaborará la hipótesis más probable
y la más peligrosa, así como la identificación de los recursos
humanos y materiales, teniendo importancia fundamental las
transmisiones y el transporte. Todo ello quedará reflejado en la
memoria a través de la definición del plan, sus objetivos, los
riesgos calculados y las necesidades para afrontarlos, traduciéndose
en el presupuesto.
Fase de ejecución
En ella se buscarán los recursos,
se montará el dispositivo y se expresarán las normas de
funcionamiento.
Fase de desactivación
En esta fase lo más importante
es el juicio crítico, que nos permitirá revisar y actualizar
permanentemente el plan.